Acceder a la casa marca un hito significativo en el extenso proceso de recuperación que se inició en 1990, hace 33 años.
En el día de hoy, el Estado ha cumplido con su compromiso y ha restituido la casa. Aspiramos a que este espacio, en honor a nuestras 33 compañeras y compañeros desaparecidos, se consolide como un Sitio de Memoria. Un lugar abierto a las comunidades y al territorio, que establezca un diálogo constante con las nuevas generaciones y las actuales luchas.
Esperamos que este sitio visibilice la violencia político-sexual como un crimen de lesa humanidad y que cada día se trabaje incansablemente por forjar una sociedad más justa, colocando los derechos humanos en el núcleo de todas las acciones.