Por Jocelyn Escárate – Nancyloreto Muñoz – Marcela Tapia

La violencia política sexual fue uno de los métodos de tortura más usado durante el periodo en que la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) estuvo a cargo de la represión. Muchas mujeres sometidas a esta tortura guardaron silencio por años producto de la vergüenza que les provocaba haber sido víctimas de una violación, sobre todo en un país en que la justicia –muchas veces– hace caso omiso de los testimonios de las víctimas y deja en libertad a los victimarios (Introducción “Una historia que falta por contar”).