A 50 años de la Operación Colombo: el montaje del miedo que no logró silenciar la dignidad

Han pasado 50 años desde que la dictadura cívico-militar en Chile intentó borrar del mapa a 119 compañeras y compañeros luchadores. La Operación Colombo, ejecutada en 1975 por la infame DINA, no fue más que un burdo montaje para disfrazar la desaparición forzada como si fueran “muertes entre ellos”, como si el pueblo se exterminara solo. ¡Mentira! ¡Fue el Estado asesino quien los hizo desaparecer!

A través de medios fantasmas en Argentina y Brasil —como Lea y Novo O Día— y con la complicidad vergonzosa de la prensa chilena, como el diario La Segunda, se armó una operación de propaganda criminal. Esa portada del 24 de julio de 1975 con el titular «Exterminados como ratones» fue un acto de guerra contra la dignidad humana, una forma descarada de celebrar el exterminio de quienes luchaban por un Chile justo, libre y sin explotadores.

El 24 de julio de 1975 el diario vespertino La Segunda tituló en su portada “Exterminados como Ratones”.

Pero no pudieron engañarnos para siempre. Gracias a las madres, a los hermanos, a las compañeras que no se rindieron ni callaron, la verdad salió a la luz. Ellos, los 119, no murieron en peleas internas: fueron perseguidos, torturados, asesinados y desaparecidos por pensar distinto, por soñar con una patria sin cadenas.

Entre los y las valientes que forman parte de los 119 están quienes pasaron por el centro clandestino de tortura y exterminio Irán 3037, una de las casas del horror montadas por la DINA en el corazón de Santiago. Ahí se ensañaron con jóvenes revolucionarios, ahí se escucharon los gritos de la dignidad resistiendo bajo tormento. Fue en esa casa siniestra donde el terrorismo de Estado intentó apagar las voces más valientes, donde el miedo se organizó con precisión militar para destruir cuerpos, pero jamás logró quebrar convicciones. Hoy recordamos a esos compañeros y compañeras como ejemplo de valentía, de entrega total, de compromiso inquebrantable con la causa popular.

La Operación Colombo fue parte de un proyecto más grande y macabro: el Plan Cóndor, la coordinación del terror entre las dictaduras de Sudamérica, orquestado con ayuda del imperialismo yanqui. ¡Una maquinaria del horror para eliminar toda voz rebelde del continente! Pero no contaban con que nuestras voces se multiplicarían, que nuestra memoria sería más fuerte que su metralla.

Hoy, medio siglo después, los culpables tienen nombre, rostro y condenas. Manuel Contreras, la DINA, Pinochet y su séquito de criminales no lograron el olvido que buscaban. Sus cárceles, sus montajes, sus medios vendidos no pudieron con la memoria rebelde del pueblo. Porque los pueblos que luchan no olvidan, no perdonan y no se rinden.

En 2025, conmemoramos no con lágrimas, sino con rabia transformada en organización. Marchamos con los rostros de los 119 en alto, con la convicción de que su lucha es la nuestra. Que su sangre, derramada por soñar, es semilla de nuevas rebeliones. No hay reconciliación sin verdad ni justicia, y no hay justicia sin condenar la raíz de ese modelo que aún perpetúa desigualdades.

A 50 años de la Operación Colombo, levantamos la voz:
¡Fueron 119, no están olvidados!
¡Fue el Estado, fue la DINA, fue el capital que teme al pueblo consciente!
¡La memoria es nuestra trinchera, y la lucha sigue viva!